Un halo de misterio y excentricidad rodea las obras construidas por el arquitecto e ingeniero Francisco Salamone en la Provincia. Su personalidad marcó su estilo singular, en el que conviven el art decó, el futurismo y el funcionalismo. Te presentamos los cementerios de Salamone, obras magníficas que conforman el inigualable patrimonio histórico y cultural del territorio bonaerense.
Azul
Inaugurado en 1938, su portal es uno de los trabajos más celebrados de la carrera del “arquitecto de las pampas”. La imponente fachada del cementerio está coronada por la sigla R.I.P en tamaño gigante, acompañada de figuras ornamentales que representan el fuego eterno. En el acceso, una escultura del Ángel de la Muerte empuña una espada entre sus manos.
Laprida
La fachada imponente y majestuosa de la edificación está considerada como una de las más altas de Latinoamérica. La figura del Cristo central fue encomendada al escultor Santiago Chiérico, un profesional de reconocida trayectoria nacional e internacional. El portal, que fue restaurado en 2006, se erige en medio del entorno rural bonaerense.
Saldungaray, Tornquist
Ubicado en un amplio valle entre las Sierras de la Ventana y Pillahuincó, el cementerio se encuentra rodeado por el verde del campo y los grises de las sierras. La entrada es una gran rueda de cemento en la que se integran una cruz y la cabeza de Cristo. La Asociación de Turismo Comunitario del pueblo turístico de Saldungaray ofrece, a través de su centro de interpretación, información detallada sobre las obras salomónicas.
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